Cómo entender la etiqueta de tus cosméticos

Ni que tu serum sea de una marca de renombre ni que sea tu mejor amiga quien te lo acosenje. Lo único que va a garantizar que compres un producto de tratamiento facial eficiente y que se adapte a las necesidades de tu piel, es la lista de ingredientes.

Tu rostro es la parte más visible de ti. Vas a poner en tu cara un producto que estará ahí horas y horas, ¿y no te has parado a preguntarte si contiene ingredientes que irriten tu piel, que puedan causarte un brote de acné o que estén el la proporción adecuada para poder funcionar?

Entender las etiquetas de los productos cosméticos es por tanto un ejercicio de responsabilidad. Te aseguro que una vez que te acostumbres a ello y conozcas los ingredientes un poco más a fondo, no volverás a comprar un producto inadecuado para tu tipo de piel o tu problema.

El Reglamento (CE) 1223/2009 es el que determina el marco legal europeo de los productos cosméticos y por tanto su etiquetado, mientras que los ingredientes deben estar de acuerdo a la «Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos» más conocida como INCI.

Los ingredientes aparecen ordenados por su concentración de mayor a menor es decir, cuanto más arriba aparezca un ingrediente en la lista, mayor será la concentración de ese componente en el producto, lo cual es muy útil por ejemplo si al ver la etiqueta detectamos que uno de los ingredientes que aparece en las primeras posiciones es un alcohol. Dado que en la mayoría de los cosméticos el ingrediente principal es el agua, es probable que lo primero que nos encontremos en la lista de ingredientes sea la palabra Aqua/Water.

Esta regla tiene una excepción: una vez que llegamos al 1% los ingredientes pueden aparecer de forma aleatoria.

Por cierto que se entiende por ingre­diente: cualquier sustancia o mezcla que se utiliza intencio­nalmente en el producto cosmético durante el proceso de fabricación. Sin embargo, no se considerarán ingredientes:

i)  las impurezas contenidas en las materias primas utilizadas;

ii)  las sustancias técnicas subsidiarias utilizadas durante la mezcla, pero que ya no se encuentran en el producto acabado.

Los ingredientes químicos aparecen en inglés mientras que los derivados directos de plantas aparecen en latín de forma binomial donde la primera palabra indica el género y la segunda la especie.

En ocasiones pueden aparecer asteriscos al lado de un ingrediente. Un asterisco (*) indica que ese ingrediente natural procede de cultivo ecológico. En caso de ser productos orgánicos certificados, los sellos acreditativos suelen aparecer también en el envase o embalaje. En el caso de que sean dos los asteriscos que acompañen al ingrediente (**), se nos indica que se trata de un ingrediente derivado de aceites esenciales.

Los compuestos perfumantes y aromáticos aparecen indicados con el nombre parfum, fragrance o aroma, sin embargo las casas no están obligadas a revelar la composición del mismo, por lo que aunque aparezca bajo el nombre de un sólo ingrediente, el perfume puede estar fomado por decenas de sustancias.

Existe una lista de 26 sustancias con potencial alérgeno cuya presencia en el cosmético deberán conocer los consumidores si las contienen en concentraciones superiores a 0,001 % en los productos que no necesiten aclarado, y 0,01 % en los que sí:

  • Amyl cinnamal
  • Benzyl alcohol
  • Cinnamyl alcohol
  • Citral
  • Eugenol
  • Hydroxy-citronellal
  • Isoeugenol
  • Amylcin-namyl alcohol
  • Benzyl salicylate
  • Cinnamal
  • Coumarin
  • Geraniol
  • Hydroxy-methylpentylcyclohexenecarboxaldehyd
  • Anisyl alcohol
  • Benzyl cinnamate
  • Farnesol
  • 2-(4-tert-Butylbenzyl) propionald-hyd o lilial o butyl phenyl methylpropional
  • Linalool
  • Benzyl benzoate
  • Citronellol
  • Hexyl cinnam-aldehyd
  • Limonene
  • Methyl heptin carbonate.
  • 3-Methyl-4-(2,6,6-tri-methyl-2-cyclohexen-1-yl)-3-buten-2-one
  • Oak moss and treemoss extract
  • Treemoss extract

(Si quieres saber algo más sobre la conveniencia o no de las fragancias en los cosméticos puedes leer el siguiente post: «La fragancia en los cosméticos. ¿Debes evitarla?»)

La indicación de la fecha de duración mínima no es obli­gatoria para aquellos productos cosméticos cuya duración mínima exceda de treinta meses. Para estos productos se indicará el plazo después de la apertura durante el que el producto es seguro y puede utilizarse sin daño alguno para el consumidor. 

Suele venir indicado mediante el dibujo de un tarrito y un número acompañado de la letra «M» que hace referencia a los meses. Si en un producto encontramos el indicativo 12M, nos indica que el plazo después de apertura es de 12 meses.

Como consejo te sugiero que escribas con un bolígrafo o rotulador permanente la fecha en la que abriste el producto, ya que es difícil de recordar cuando utilizas varios productos en tu rutina.

Como ves no es muy complicado y sin embargo puede resultar tremendamente útil para entender un poco mejor la composición de los tratamientos. Queda ahora la segunda parte del proceso, que trata de conocer los ingredientes a fondo. No te preocupes, voy a encargarme de descifrar cada uno de ellos en este blog y explicarte su función, la concentración en que debes usarlos o cuales son más adecuados para cada tipo de piel. Tú sólo lee y disfruta.

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