La exfoliación es una de las fases de la rutina de belleza que tiene un impacto crucial en la transformación de tu piel.
En realidad es un proceso que nuestra piel lleva a cabo de forma natural. Sin embargo, con la edad y el daño causado por factores externos, nuestra piel va perdiendo facultades en cuanto a su habilidad natural de eliminación de esas células muertas. Si éstas se acumulan, dan lugar a sequedad, poros obstruidos y a una piel apagada y con arrugas más pronunciadas.
Si te pregunto si la exfoliación forma parte de tu rutina de belleza, lo más probable es que me respondas que sí. Quizás una o dos veces a la semana te lavas la cara con algún gel con granulitos (conocido también como scrub), para deshacerte de las células muertas. Esta exfoliación mecánica, por supuesto que se deshace de las células muertas. Sin embargo, también puede provocar micro desgarros que aunque no se aprecien a simple vista, pueden agravar el estado de tu piel.
Esos pequeños gránulos de arenas y huesos de frutas, aunque están molidos, pueden tener irregularidades. Cuando usamos un scrub, frotamos y frotamos el gel por nuestra cara. En algún caso incluso usamos un cepillos. Como consecuencia, muchas veces lo que conseguimos es enrojecer e irritar nuestra piel.
Entonces, ¿cuál es la solución para exfoliar la piel?
La respuesta a tu pregunta es la exfoliación química. No te asustes. Sé que el nombre suena intimidante, pero se trata simplemente de la forma con la que nos referirnos a los ingredientes que ayudan a nuestra piel a deshacerse de esa capa de células muertas. Al contrario que los exfoliantes mecánicos, estos ingredientes no actúan por fricción, de ahí su nombre.
¿Y cómo funcionan los exfoliantes químicos?
Verás, digamos que lo que hace un exfoliante químico, es deshacer de forma imperceptible los enlaces que unen esas células muertas, permitiendo que se desprendan sin que te des cuenta. Al poco tiempo de utilizarlos notarás cómo empieza a resurgir una piel con más vida.
Los exfoliantes químicos presentan enormes ventajas respecto a los mecánicos. Por ejemplo, con los scrubs muchas veces dedicamos más presión o tiempo a algunas zonas de la cara y menos a otras. Como consecuencia, la exfoliación no es regular. Cuando aplicas un exfoliante químico en la piel, la exfoliación se realiza de forma uniforme por todo el rostro.
Por si fuera poco, si tienes la piel sensible o sufres acné (y por tanto inflamación), no parece muy buena idea empezar a frotar sin más, cuando la situación de tu piel ya es delicada de por sí. La buena noticia es que hay exfoliantes químicos adecuados para pieles sensibles al ser muy suaves. Otros son capaces de entrar en los poros y desobstruirlos. Más puntos a su favor, ¿no crees?.
Podemos decir que los exfoliantes físicos en realidad se limitan a eso, a exfoliar. Sí, existen exfoliantes que contienen algunos ingredientes interesantes pero, para ser efectivos, algunos activos necesitan permanecer en la piel y además hacerlo en determinadas concentraciones. ¿Recuerdas que vas a aclarar el gel exfoliador después de frotarlo por tu rostro? Adios a los activos por el desagüe…
Por el contrario los exfoliantes químicos, al permanecer en la piel, son capaces de ir más allá: ¿sabías que hidratan la piel, descongestionan los poros y algunos incluso tienen propiedades antiinflamatorias?. ¿Quieres aumentar la producción de colágeno? Pues marca también esta casilla en tu lista, porque algunos lo hacen. ¿Se puede pedir más?
El uso continuado de estos ingredientes conseguirá revelar una piel con una textura mucho más suave, más hidratada y con un tono más igualado. Además conseguirás suavizar la apariencia de las líneas de expresión y arrugas.
¿Cuales son los principales exfoliantes químicos?
Podemos hablar de dos tipos: alfahidroxiácidos y betahidroxiácidos.
Entre los alfahidroxiácidos, también conocidos como AHA, se encuentran el ácido glicólico, láctico, málico, tartárico, mandélico o cítrico. Los más usados en cosmética suelen ser los dos primeros. Cuando hablamos de los betahidroxiácidos o BHA, nos referimos básicamente al ácido salicílico.
Dedicaré otra entrada a explicarte en mayor profundidad las características de cada uno. Lo que debes saber es que ambos actúan de forma similar, es decir, desuniendo los vínculos que unen toda esa capa de células muertas y apagadas en la superficie de la piel. Una vez deshecho ese pegamento, la piel se desprenderá de las células muertas de forma más fácil, con la habilidad que lo hacía cuando era más joven.
¿Cuál es la diferencia entre AHAs y BHAs?
Los AHA son hidrosolubles, por lo que no pueden penetrar en los poros obstruidos. Si tienes piel seca y dañada por el sol, los AHA son una buena opción ya que mejoran el factor natural de hidratación. Además han probado ser efectivos en la reducción del daño solar visible, incluyendo arrugas.
El ácido salicílico por el contrario, es capaz de penetrar en los poros al ser liposoluble, por lo que generalmente es la opción más adecuada para las personas con piel mixta o grasa con tendencia a poros dilatados y obstruidos. Además tiene propiedades calmantes por lo que los BHA son lo suficientemente suaves como para que puedan ser usados por personas con pieles sensibles o con rosácea.
¿Necesitas usar ámbos?
No hay nada que te lo impida, pero no creo que tu piel necesite tanta exfolación. Ambos exfoliantes tienen propiedades hidratantes y anti envejecimiento. Si tienes problemas muy persistentes o de distinta naturaleza, y estás decidido a quemar todos los cartuchos, puedes usarlos alternativamente. Recuerda simplemente que además de los exfoliantes, existen otros ingredientes para combatir los problemas de la piel.
¿Tienen algún efecto negativo?
Al igual que sucede si utilizas un scrub a diario, si sometes tu piel a exfoliación todos los días puedes acabar notando cierta irritación. Aunque las marcas te digan que puedes hacerlo, no veo la necesidad de someter tu rostro a una exfoliación tan intensa. Mejor optar por una o dos veces a las semana. Pero todo depende de lo que te funcione bien a ti. Ya sabes que cada piel es un mundo.
Quizás la primera vez que utilices un AHA o un BHA puedas notar un ligero picor que desaparece en segundos (especialmente si has optado por un producto con una concentración elevada). Si es así, puedes empezar usándolo una vez a la semana y aumentar la frecuencia observando como responde tu piel, al igual que hacíamos con el retinol, ¿recuerdas?.
Como has visto los exfoliantes químicos, al ser multifuncionales, presentan muchísimas ventajas sobre los físicos ya que sus beneficios no se limitan a la exfoliación. Además puedes elegir el exfoliante específico que mejor se adapte a los problemas de tu piel.
Hemos pasado mucho tiempo con cepillos, arenas, huesos de albaricoque o partículas de bambú. No es que hayamos estado perdiendo el tiempo, desde luego que las células muertas las hemos eliminado. Sin embargo hemos perdido la oportunidad de ir un poco más allá con cada sesión de exfoliación. Una vez que pruebas los efectos del ácido glicólico, láctico o salicílico no hay vuelta atrás. Si no, ya me contarás.
¿Tú también conocías ya los beneficios de los exfoliantes químicos o sigues usando scrubs?
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