Nivea Creme: ¿qué hay dentro de la popular centenaria lata azul?

No me extrañaría en absoluto que por nuestros hogares hayan pasado los mismos productos de cosmética e higiene personal: alguna crema de Bella Aurora, el bote dorado de laca Elnett, una pastilla de Heno de Pravia, las preciosas cajitas de vaselina Gal, y como no, una lata azul de Nivea.

Nivea Creme lleva más de 100 años con nosotros, y no ha perdido ni un ápice de popularidad. ¿Qué hace que este producto haya perdurado tanto en el tiempo? ¿Posee alguna combinación de ingredientes que funciona como ninguna otra, o se trata más bien de una cuestión sentimental? Hoy echaremos un vistazo al interior de una de las latas más populares (con permiso de Coca-Cola), para descubrirlo.

Cuando la primera Nivea Creme salió al mercado en 1911 causó sensación: era la primera emulsión estable de agua en aceite y no solo eso, funcionaba muy bien. ¿Su secreto? La hidratación.

El funcionamiento de esta crema es muy sencillo: atrae agua hacia la piel y la sella para evitar que se escape. Y para conseguirlo, Nivea no hace uso de los últimos avances en cosmética, sino de auténticos clásicos: uno de sus principales ingredientes es la glicerina. Este viejo conocido de la cosmética lleva usándose décadas. Es barato, seguro, eficiente y además está presente de forma natural en nuestra piel. No es de extrañar por tanto, que puedas encontrar glicerina en la inmensa mayoría cremas hidratantes del mercado, incluyendo las consideradas «de alta-gama».

Como humectante, la glicerina atrae agua hacia tu piel ayudándola crear esa reserva de hidratación tan necesaria. Ésta es su principal función, sin embargo según recientes estudios parece que además es capaz de mejorar el estado de las membranas celulares y los lípidos intracelulares, de proteger la piel de irritaciones o de normalizar una situación de descamación en pieles muy secas.

Hay otro ingrediente en esta crema con función similar a la glicerina: el Panthenol (conocido también como pro-vitamina B5). Concentraciones de 1% han demostrado ser efectivas para aumentar la hidratación de la piel y para reducir la pérdida de agua transepidérmica. En concentraciones de 1-5%, este humectante ayuda además a proteger la piel de otros ingredientes irritantes (fragancias, conservantes…) y a mejorar su barrera natural de protección.

Ahora que ya tenemos sustancias que atraen agua a nuestra piel, necesitamos encontrar la manera de que permanezca en ella. Nivea opta por conseguirlo a través del aceite mineral o paraffinum liquidum (segundo ingrediente en cuanto cantidad después del agua). Este derivado del petróleo funciona por oclusión, es decir, se asienta en la piel creando una barrera que evita la pérdida de agua trans-epidérmica. El aceite mineral es no comedogénico, no irrita la piel y se considera una sustancia segura. Aun así, su procedencia le ha hecho ganarse muy mala fama. Por eso, si quieres conocerlo un poco más a fondo, te invito a que leas la entrada que le hemos dedicado en el blog.

Si repasas el resto de sustancias que componen Nivea Creme, descubrirás que aparece entre la lista lanolin alcohol (alcohol de lanolina), pero no debes confundirlo con alcohol desnaturalizado. El alcohol de lanolina o Eucerit®, es la sustancia a la que Nivea se lo debe todo: el descubrimiento de este emulsionante consiguió que la combinación de los componentes acuosos y oleosos de una fórmula fueran estables ante distintas variaciones de temperatura. Al ser una de las primeras cremas capaces de resistir temperaturas muy variables, pudo ser enviada a cualquier lugar del mundo. 

La sencilla combinación de agentes emolientes y humectantes incluidos en este producto, consigue que nuestra piel tenga una inmediata sensación de suavidad e hidratación, y la notemos mullida durante horas. Mientras otras cremas se afanan por tener una fórmula cada vez más elegante y ligera, Nivea Creme mantiene esa textura densa que los consumidores aman y odian a partes iguales: si eres de los que sales de la ducha con sensación de «piel de lagarto», apreciarás sin duda aplicar esta crema rica y mantequillosa en el cuerpo. Sin embargo, aquellos que tienen una piel grasa, huyen de una crema que deja un rastro brillante y graso a su paso.

En relación con lo anterior, me gustaría mencionar una afirmación que he oido alguna que otra vez: «no puedo utilizar Nivea Cream porque me provoca granos». Como acabo de mencionar, esa textura densa que deja brillos en la piel, no debe ser en absoluto del agrado de personas con piel grasa y con tendencia al acné. Sin embargo, ¿es su fórmula culpable de obstruir tus poros?

Si analizamos los ingredientes uno por uno, vemos que ninguno tiene un grado comedogénico muy elevado (solo el decyl oleate, un emoliente ubicado en novena posición, alcanza el grado 3). Es decir, teóricamente Nivea Creme no debería provocar la aparición de granos en tu piel. Digo teóricamente, porque hablar de grado comedogénico en términos absolutos es complicado (relacionado: «¿Qué son los ingredientes o productos comedogénicos?). Si tienes una piel con tendencia al acné, aplicar como último paso de tu rutina una crema densa y muy oclusiva, no parece la mejor de las ideas. Si este es tu caso, opta mejor por fórmulas hidratantes con texturas ligeras en gel.

Nivea sabe que gran parte del consumo de esta crema es emocional, por esta razón mantiene ese envase en lata tan rudimentario. Igual ocurre con su aroma: «una icónica fragancia llena de recuerdos» según la marca. Yo misma creo que podría distinguir el aroma de Nivea Creme entre 500 cremas distintas, y lo mismo le sucede a miles de consumidores a juzgar por las valoraciones que recibe este producto. Por eso, la última parte de los ingredientes de la fórmula (Limonene, Geraniol, Hydroxycitronellal, Linalool, Citronellol, Benzyl Benzoate, Cinnamyl Alcohol, Parfum), están dedicados a darle a este producto su reconocible perfume.

En mi caso particular, ante dos opciones de similares características, yo siempre opto por la opción sin perfume debido a que algunos de estos ingredientes aromáticos tienen potencial alérgeno.

Después de este repaso exhaustivo al contenido de la famosa lata azul, me gustaría expresar mi valoración personal. Nivea Creme cumple muy bien su función, es decir: hidratar. Úsala en unos talones agrietados o después de la ducha si has estado tomando el sol, y tu piel te lo agradecerá.

Esta crema es un cosmético todoterreno como pocos. Puedes utilizarla en situaciones tan variadas como evitar que queden manchas de tinte en tu rostro, calmar unas manos irritadas por el invierno o mejorar la elasticidad de la piel durante el embarazo. Además, a nivel emocional provoca sensaciones y recuerdos agradables, por eso es tan habitual tener uno de estos envases en casa.

El problema de este producto es que ha quedado algo desfasado si lo comparamos con las completas cremas que existen hoy en día. Es como comparar tu reproductor de CDs frente a las actuales plataformas de reproducción de música en streaming. Es decir, tu reproductor era toda una novedad en su día y todavía funciona perfectamente, pero ¿por qué llevar de vacaciones 20 CDs cuando puedes tener toda la música del mundo disponible en la aplicación de Spotify?

Hoy en día existen productos que además de hidratar, son capaces de mejorar el tono desigual del rostro, prevenir el daño de los radicales libres, mejorar la barrera de protección de nuestra piel o luchar contra los signos del envejecimiento. Además poseen texturas más ligeras que los hacen convenientes también para pieles grasas.

¿Estoy sugiriendo que no utilices Nivea Creme? En absoluto. Yo misma seguiré usándola de forma ocasional al ser un producto hidratante, muy económico y que además puedo encontrar con facilidad en cualquier lugar del mundo donde me encuentre. Sin embargo, si tu piel tiene necesidades adicionales, mi recomendación es que optes por cremas que incluyan una mayor variedad de ingredientes activos o en su defecto, los incorpores en serums específicos antes de aplicar la famosa crema blanca (el nombre de Nivea procede de las palabras de origen latino «nix, nivis», que significan «nieve»).

Y tú, ¿utilizas Nivea Creme cada día o solo en determinadas ocasiones?

Puedes adquirir Nivea Cream en tu droguería o supermercado más cercano o comprarla online en tiendas como: Mifarma, Promofarma o Douglas.

Ingredientes: Aqua, Paraffinum Liquidum, Cera Microcristallina, Glycerin, Lanolin Alcohol (Eucerit®), Paraffin, Panthenol, Magnesium Sulfate, Decyl Oleate, Octyldodecanol, Aluminum Stearates, Citric Acid, Magnesium Stearate, Limonene, Geraniol, Hydroxycitronellal, Linalool, Citronellol, Benzyl Benzoate, Cinnamyl Alcohol, Parfum

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